La mejora de la convivencia es uno de los principales retos de la educación en la actualidad. Hemos de entender que es imposible llegar a una paz absoluta o total, hay que vivir en una paz "imperfecta", donde a pesar de nuestras diferencias se pueda llevar una vida tranquila y amena.
En esto debe incidir especialmente la educación y los centros escolares donde se prepara y se forma al individuo para posteriormente insertarlo de forma activa y consciente al mundo y sociedad real. Para mejorar la convivencia y a la vez la práctica docente en el aula se deben de desarrollar una serie de habilidades sociales y criterios pedagógicos para conseguir nuestro objetivo.
Esas habilidades se pueden resumir en los siguientes tres puntos:
- Mejora de la autonomía: algo que no hay que confundirlo con la heteronmia ni con el individualismo y es que es a partir de relacionarnos con los demás, de vivir con los demás cuando vamos a conseguir la suficiente autonomía.
- Potenciar y mejorar el diálogo: algo vital para conseguir la convivencia es potenciar el diálogo, hacer ver a los alumnos que un consenso total es imposible y que a través de dialogar y exponer tus propios argumentos es como de verdad de solucionan los conflictos. Por eso que en clase se deban fomentar los debates y diálogos, pero no de cualquier tema o aspecto, sino de aquellos que sean lo suficientemente interesantes para los alumnos que les permita mejorar y potenciar sus capacidades lingüísticas y de diálogo.
- Fomentar el respeto, respeto a ti mismo y a los demás, especial papel tiene aquí el esfuerzo personal no por conseguir bienes propios sino por el de la comunidad o de grupo, esto hará que aprecies mejor la diversidad, el respeto hacia ella y la mejora en la convivencia. Dentro de este tercer punto también podríamos incluir otra serie de valores como es la autoestima, una autoestima baja hace que pierdas el respeto hacia los demás, al contrario que si la tienes alta. Otro valor es la asertividad, que es la capacidad de una persona de expresar sus sentimientos y pensamientos de manera honesta y sin herir a los demás. Y por último, la empatía, que es la capacidad de ponernos en el lugar del otro.
El establecimiento de normas para el aula es una actividad que se puede realizar en horas de tutoría, que se suele realizar en muchos centros, pero que es vital que se haga bien y se desarrollen las habilidades comentadas, ya que sino, no tendrá ningún efecto en al convivencia del aula y del propio centro.
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